lunes, 1 de febrero de 2016

Crónicas de la Decápolis Twin Cities S1: Arcanos Menores. Meeting the others

   Wendy West se encontraba en la oficina aún, revisando algunos detalles acerca de la situación actual del Canal 8. No le gustaba mucho tener que meterse entre la montaña de papeles pero alguien tenía que llevar todo ese desastre y Alice ya no estaba... Nunca volvería. Se había perdido en sus propios pensamientos cuando un aviso llegó a su teléfono: un almacén de químicos estaba siendo robado por lo que salió del edificio y buscó un callejón desierto y enseguida se había transformado en Swift, el héroe escarlata que estaba ahí para salvar el día, o la noche.
   Para cuando llegó, un montón de malhechores vestidos de verde estaban subiendo barriles de químicos a un camión. Algunos talones fueron lanzados y Swift supo de inmediato que Azor se encontraba al acecho. Los villanos trataron de escapar en el transporte, unas flechas fueron lanzadas cuando el que parecía ser el líder, disfrazado como un bufón, salió de la bodega y disparó al camión en movimiento haciéndolo volar en mil pedazos. La explosión fue tan fuerte que volcó un automóvil civil que pasaba por ahí. Swift se apresuró a sacar al chofer y sus dos acompañantes: Una mujer japonesa de traje sastre y una criatura humanoide muy parecida a un reptil.
   —¿Están todos bien? —Preguntó la joven heroína.
   El hombre que había conducido el vehículo vestía de manera extraña, portando una máscara en forma de cráneo humano. Revisó a la mujer japonesa y, aún con la máscara, pareció preocupado.
   —¡Hay que llevarla al hospital! —Dio la ubicación del mismo a Swift y esta hizo lo que debía en un abrir y cerrar de ojos.
   Al regresar se encontró con que la chica reptil ayudaba a Azor a detener al tipo del disfraz de bufón. El vigilante pidió ayuda a la velocista para llevarse al villano a la cárcel mientras él reunía evidencia.
   La Policía de Crow City no tardó en hacer acto de presencia con sirenas y estrobos encendidos. Los vigilantes salieron echos unos bólidos en diferentes direcciones. Lo mismo hizo Swift, sabía que no era buena idea quedarse, ni esperar agradecimientos, ya había aprendido.

   No habían pasado ni veinte minutos cuando la velocista recibió un llamado de auxilio, dio media vuelta para ir a atenderlo y, en su camino, se encontró con la segunda criatura extraña de la noche: un triceratops antropomórfico que perseguía a la chica reptil de antes. Se movió para alcanzar y tratar de detener al enorme oponente pero este arremetía contra la pobre criatura asustada con todo el salvajismo que un verdadero saurio usaría. Azor, quien patrullaba no lejos del zoológico de Crow City los vio pasar y sin pensarlo dos veces se unió a la persecución. El vigilante de arco y Flecha que más tarde se presentaría como Sting, se apresuró a apoyarlos.
Swift arremetió contra el triceratops con un fuerte golpe pero eso no lo detuvo. Sting le lanzó una de sus flechas que rebotó, así como también algunas ráfagas de balas por parte del hombre con máscara de cráneo que por alguna razón que Swift no entendía, se había unido al equipo, si se podía llamar así. De la nada apareció un hombre de unos 12 metros de altura que trató de aplastar al saurio, consiguiendo únicamente, lastimar a los otros héroes. Swift, desesperada, buscó el apoyó de Azor.
   —¡Azor, ¿cuál es el plan? Tú siempre tienes uno! —Apuró.
   El vigilante lo pensó un segundo y le dio indicaciones que al momento fueron acatadas.
   —¡Super sonic punch, baby! —Gritó la joven que desapareció más rápido que de costumbre y reapareció de inmediato como si le hubiera dado la vuelta al mundo, golpeando al triceratops con un smash usando toda la fuerza de la inercia que llevaba. El golpe los sacudió a ambos, lanzándolos en direcciones opuestas. Ambos quedaron inconscientes. Pedazos de algún dispositivo volaron también.
El resto de héroes se apresuraron a tratar de contener de alguna manera al extraño villano. Azor llamó a su motocicleta y en ella subió a Swift y a la chica lagarto dando la instrucción de ser llevadas al nido.

Swift despertó ya en la base secreta del vigilante, maldiciendo por lo bajo que la alejaran de la acción. Miró a su acompañante y la revisó un poco, el tono verdoso de su piel no la dejó saber si se encontraba bien o no. El nido no contaba con una enfermería así que la velocista se apresuró a llevar a su nueva acompañante a su propia base para estar segura de que su estado de salud era no tan malo.
  —Azor, ¿dónde están? —Preguntó la pelirroja por el comunicador. A lo que el vigilante respondió que estaban en las cloacas bajo The Gulag, un club nocturno al norte de Crow City, para atender el llamado que habían recibido antes.
  —¡Vamos! —Se apresuró la joven en cuanto terminó la revisión y se dio cuenta de que la otra se encontraba bien. Trató de llevársela pero esta se negó. —¿Qué pasa?
  —¿Acaso no ves que todos me están persiguiendo?
  —¿Y...? ¡Somos héroes, esto es lo que hacemos! Salimos a la calle a hacer de este mundo un lugar mejor. — Se explicó Swift.
  —Yo no hago eso. ¡No tengo ni siquiera un lugar dónde quedarme!
  —Puedes quedarte aquí si quieres, hay habitaciones al fondo. Echa un vistazo si gustas. Yo tengo cosas qué hacer.
  Sin más un bólido dejó el lugar y llegó a donde los demás se encontraban. Continuaron caminando, buscando un lugar por el cual entrar al club.